sábado, 31 de mayo de 2008

Salvadoreñismos léxicos

El DRAE ( Diccionario de la real academia española de la lengua) define como salvadoreñismo a toda "Locución, giro o modo de hablar propio y peculiar de los salvadoreños"(http://buscon.rae.es/draeI/30-05-08), por lo que al hablar de salvadoreñismos estamos ante una debate o asunto de tipo dialectal, es decir, un asunto que trata del uso de la lengua en determinada zona o región. Demanera que hay salvadoreñismos como hay mexicanismos, españolismos, hondureñismos, americanismos etc. Sin embargo, pese a que el asunto parece muy sencillo y evidente el tema implica al menos tres puntos de discusión relevantes:

1. ¿Qué se debe de entender como propio y peculiar?
Lo propio y lo ajeno no son sendas reales, ni mucho menos calles pavimentadas bien definidas y señalizadas, son sendas que se mezclan, funden, hibridan en la espesura del bosque.Qué es propio de los salvadores en realidad(?). ¡Hay algo realmente propio!. Canclini en los ochenta al tratar a las culturas populares en el capitalismo establece que lo propio es lo que se usa (cfr. 1982), dándole un papel central al valor de uso en la construcción de los imaginarios identitarios. En este sentido lo propio no se puede concebir como "lo mío es mío porque no es tuyo" o como "lo autócno, nativo o folklórico". Quesada Pacheco al tratar el tema de los costarriqueñismo hizo ( en una clase y lo presenta en su Español de América, 2000) un parangón muy ingenioso al respecto, señala el heredero de Gayini y Agüero, algo como esto "los quetzales son de Guatemala pero viven en todos los países de Centro América". Al mismo dilema se enfrentó Geoffroy en El español que hablamos en El Salvador (1969), La lengua salvadoreña (1978) por lo que plantea que muchas de las palabras de uso entre los salvadoreños en realidad se usan en toda Centro América por lo que son tambien centroamericanismos.

2. ¿Los salvadoreñismo son las palabras de origen náhuat?
Esta pregunta se volvió tesis en los tratabajos de Geoffroy(1969, 1978) y Vargas Mendez (2007) punto que he tratado anteriormente en Estudios canónicos del español Salvadoreño
(Azcúnaga 2004). Debemos ser enfáticos los nahuatismos son salvadoreñimos (y mesoamericanismos) pero no todos los salvadoreñismos son nahuatismos.

3. Los salvadoreñismos son tales porque se usan en todo El Salvador.
Desde Canfield (1952, 1960) y por el poco desarrollo de estudios dialectales en el país, así como la tradición romántica de la lengua nacional (unidad de cultura y lengua) se ha considerado que nuestro español es uno solo; sin embargo, son notorias las diferencias en los disntintos niveles de la lengua ( en unos más que en otros) al contrastar distintas zonas del país. Sin lugar a dudas, y esto se demuestra en el Alpes ( de próxima publicación), en El Salvador hay zonas dialectales bien definidas que hacen al país pluridialectal. Por lo que se puede pensar en salvadoreñismos exclusivos del oriente o del occidente, etc.

Además, de estos tres puntos de debate se debe considerar que los salvadoreñismos si bien en la tradición dialectológica hispanoamericana hacen alusión al léxico, y que casi siempre al tratar variaciones nacionales (costariqueñismo, cubanismos, etc.) se hace alusión al léxico, por la definición del DRAE y extensión del término existen salvadoreñismo léxicos, fonéticos, morfosintácticos, etc. De forma tal que la expresión lo propio y particular, así como toda la defición de Diccionario permite que los salvadoreñismo nos remitan a la forma de hablar de los salvadoreños.

A menera de referencia sobre el tema presento los tres diccionarios de salvaoreñismos publicados en el país a la fecha y un trabajo de fraseologismos de Velásquez:

Diccionario de Provisionalismos y Barbarismo Centroamericanos y ejercicios de ortología clásica

Salazar García, S.
(1906, 1910)

Puro Guanaco (Diccionario)
Casalbé, J.
(1997, 2002, 2003)

Diccionario de salvadoreñismos
Romero, M.
(2003)

Leperario salvadoreño
Velásquez, H.
(2000)

En futura ocasión trataré la pertinencia, gracia y pecado de estos trabajos.
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(1) Decidí escibir esto a partir de una entrevista radial en la que me invitaron a hablar sobre modismos y caliche en el proyecto experimental de radio de la Universidad Católica de Occidente.

martes, 6 de mayo de 2008

Un crisol en la punta de un alfiler: Pipiles, lencas, uluas, pocomames, chortíes...

A la llegada de los conquistadores a las actuales tierras de El Salvador, el grupo indígena predominante era el que con el paso de los años se conoció como los pipiles .
Se ha establecido- con las dudas del caso- (Larde y Larín (1926), Jiménez (1937, 1959), Geoffroy Rivas (1969), Fowler (1983), Campbell (1986), Hasemann y Lara Pinto (1994) entre otros) que los pipiles llegaron de México producto de una serie de migraciones hacia al sur originadas por eventos dramáticos como la expansión y caída de Teotihuacan (al rededor de 600 d.C), el colapso de Tula (1200 d.C) y el surgimiento de Tenochtitlán (1300 d.C).
Estas migraciones se presentan en términos generales así:
"La expansión Teotihuacana iniciada por el 500 d.C dio lugar a un intenso movimiento migratorio en el centro de México que culminó con la dispersión, entre otros, de hablantes de nahua, quienes se dirigieron al Golfo de México y Soconusco alrededor del 800 d.C. De aquí habrían partido después para Centroamérica. (...) los chorotega-mangue que se asentaron en la región del Golfo de Fonseca en Honduras y la costa pacífica de Nicaragua, así como la península de Nicoya en Costa Rica, aunque emigraron primero fueron seguidos en un corto espacio de tiempo por los pipiles que se asentaron en la costa pacífica de occidente y el centro de El Salvador. Lo anterior concuerda con el relato de Torquemada en donde dice que los chorotega-mangue "iban en la delantera". Los pipiles mismos no parecen haber llegado a El Salvador hasta el año 900 d.C. La segunda gran migración atribuida a grupos nahuas, acaecida entre el 1200 y 1300 d.C., (...) se ha identificado como nonoalca. Su llegada constituyó una seria amenaza militar y económica para los pipiles ya establecidos. El trastorno provocado por la migración nonoalca condujo a la separación de grupos pipiles tanto de Guatemala como de El Salvador que se trasladaron a la costa pacífica de Nicaragua, irrumpiendo en territorio chorotega-mangue y subtiaba mangue después de 1200 d.C (...) Estos tardíos inmigrantes son los nicaraos,... " (Hasemann y Lara Pinto1994: 178).

Al momento de la conquista los pipiles se habían asentado en las regiones occidental y central del país, desde el río Paz hasta el río Lempa; en la región noroeste, hacia Chalatenango, y al oeste de El Salvador estaban los pocomames y chortis (cfr. Larde y Larín 1952); había una expansión territorial maya tolteca hacia Chalchuapa (Hasemann y Lara Pinto1994); los lencas, con enclaves al oeste (Fowler 1989) y ulúas se asentaban en la zona oriental (cfr. Larde y Larín 1952). Baron Castro( Cfr. 1942) menciona también otro grupo, que denomina Jinca en el bajo río Paz.
Las comunidades indígenas pipiles de El Salvador coexistían con otros grupos que habitaban la zona, algunos que estaban desde antes de su llegada, formando parte de un verdadero mosaico geopolítico, cultural y lingüístico. Diego de Palacio en Carta de Relación a Felipe II sobre la provincia de Guatemala en 1576 señala con respecto a las leguas en las comunidades salvadoreñas que:
"... en cada una de ellas (provincias) hay y hablan los naturales diferentes lenguas, que parece fue el artificio más mañoso que el Demonio tuvo en estas partes para plantar discordia, confundiéndolas con tantas y tan diferentes lenguas como tienen, que son:
(...) Los Yzalcos y costa de Guazacapán: la popoluca y pipil (...)
La de San Salvador: pipil y chontal (...)
En la de San Miguel: potón, ytaulepa, ulúa, la choluteca, mangue y chontal."

En las provincias próximas (de Guatemala y Honduras), al norte y este de El Salvador:
"A la de Chiapa: chiapaneca, zoque, mexicana, zozil, zeldalquelen.
En la Soconusco: la mexicana corrupta y la materna y vibeltlateca. (.....)
En la de los Suchitepeques y cuahutemala (Guatemala): mame (man) y achi, cuahutemalteca,
chicnauteca, hutateca, chirrichota (.....)
La Verapaz: poconchi, cacchi, colchi. (.....)
El valle de Accuastlan y el de Chiquimula de la Sierra: hacacuastleca y apay (.....)
En Onduras: ulúa, chontal y pipil (.....)
En la Taguzgalpa: la materna y mexicana (.....)
En las provincias próximas (Nicaragua y Costa Rica), al sur:
"Nicaragua: pipil corrupto, mangue, marivio, potón y chontal (...)
En la de Costa Rica y Nicoya: la materna y mangue (...)"

(Diego de Palacio 1576/2000: 36)
Se presenta en las anotaciones de Diego de Palacio, el problema de la compresión de los nombres que utiliza para referirse a las lenguas ("materna" y "chontal"); Herranz (cfr.1995) llega a la conclusión que la "lengua choluteca" de que escribe De Palacio eran el mangue y la ulúa; además, agrega Herranz, citando Chapman que "deben considerarse como lencas en la documentación colonial todos los indios que aparecen bajo los términos "care, cerquin, putum o potom" "y los términos taulepa y pupuluca. El término lenca se generalizó a partir de 1855 en que Squier (1897:217) lo utilizó para denominar la lengua y el grupo indígena..." (Herranz 1995: 190).